Llevo dándole vueltas a las cosas ésta mañana. A unas cuantas cosas. Por qué mierda siempre vemos la paja en el ojo ajeno, alma cándida o de cántaro como dice mi hija pequeña, dónde vas?. Ayer mismo estabas haciendo lo que yo jamás haría y resulta que solo las he hecho yo? No cacho nada. Este mundo está muy loco. Os pongo un ejemplo. Yo nunca digo palabrotas (repito, es un ejemplo) y resulta que me alejo de las personas mal habladas, me retiro, me aparto, me voy, desaparezco. Y de repente te caes y te cagas en la virgen en dios y en tu puta madre, hasta ahí bien no?, ok, pues resulta que por ahí te oyó uno, uno que no tiene otra cosa que hacer que buscarle la quinta pata al gato y reprocharte que debe alejarse de ti porque eres mal hablado. Mecaguendios!!! que es esto, si fui yo el que me fui para no oír palabrotas! Me entendéis ahora. Pues así va el mundo, nadie quiere comprenderse, nadie quiere dialogar, ni nadie cede un ápice. Y ese ápice es muy poquito, lo mismo de poquito que funciona nuestro cerebro egoísta que no nos deja ver más que la paja en el ojo ajeno. Buenos días a todos.
viernes, 26 de febrero de 2016
jueves, 4 de febrero de 2016
Hacerse Mayor
A medida que te haces mayor y con la lógica de la naturaleza, los niños te resultan insoportables. A mi me encantaban los niños, ahora, solo los míos, puedo soportar una pelotita horas y no me doy cuenta, puedo escuchar el aporreo de un piano y tampoco me importa, puedo escuchar la harmónica todo el día y ni la oigo. Ahora, eso solamente en mi nieto y mis hijas. También llevo bien a los pequeños de los primos, o de alguna amiga, que su hijo tiene carisma.
Ahora bien, los ajenos ni caso. No es que los odie o algo parecido, es que no me inspiran ese instinto de antes. No transmiten. Si un niño empieza a tocar la trompeta como un poseso y su madre ya no lo oye, odias a la madre y al niño, a la madre por no educarlo bien y al niño por ruidoso. No piensas como antes, lo está educando bien, le está dejando ser él mismo con sus dotes de músico. Chiquillo plasta, piensas ahora.
Tampoco soportas a esos niños en la preadolescencia con sus granos, sus pelusas en los bigotes, gritando todo el día, comiendo pipas, dejando el suelo lleno de cáscaras de pipas en el parque; hablando mal y haciéndose el mayor, móvil en mano. Un móvil pepinazo, no cualquier móvil. Hay los que llevan cascos y van en silencio, como haciéndose el interesante, soy el más, pero ese ya es adolescente. Ese interesa menos, ya no molesta tanto, apenas te dirije la palabra. Te odia y te encuentra viejo.
Por último, ya no os aburro más, lo que hacen los años, cuando ves a una embarazada, ya no sonríes con cara de imbécil. Lo único que se te pasa por la cabeza es.....menuda la que te espera, que pereza dios mio! Crecer es hacerse mayor y los ruidos, los movimientos de la gente, las responsabilidades te agobian.
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