Llevo mucho tiempo pensando en escribir, a mi me gusta hacer de todo, según los más allegados, "Ay, es que cuando empiezas algo, no paras de hacerlo", repito, a mi me gusta hacer de todo, me gusta aprender y me gusta escribir. Y que mierda les importará a mis allegados lo que yo haga, si no hace daño, es más, te regalo una. Antes de abrir otro blog y espero no olvidarme de este, no vaya a ser que mis allegados me puteen, voy a escribir sobre un personaje que es muy pesado, el pesado, el insistente, el que a base de tocarte los cojones, lo consigue, no por que se lo merezca, si no que por no oirlo se lo das. Como los niños, chocolate mamá, chocolate mamá, chocolate mamá, toma hostia o toma chocolate, optamos por el chocolate.
El insistente abunda, es más todos somos insistentes, pero está el exagerado, el que no se percata de su molestia hostil, el insistente tonto. Hay que ser muy inteligente para pedir sin ser pesado, hay que ser amable y elegante. Si lo vas a obtener, lo vas a recibir y además con cariño. Porque a un niño, cuando te pide ese puto chocolate, al final se lo das, pero de mala gana, por plasta.
No quiero alargarme en el tema, ya ven Rajoy, lo dice el mismo. Mi cuajo, no tu cuajo Rajoy, tu pesadez, eso se llama ser muy pesado. Que seais felices. Mi próximo blog empieza en Valparaíso y acabaría en donde me encuentre.