Siempre nos pasa que cuando conocemos a alguien que nos interesa, nos gusta o nos cae bien tendemos a darle la máxima información positiva de nosotros. Quiero decir, que le contamos a nuestros futuros amigos (o no) todo lo bueno y toda la información que hemos recibido desde que nacemos hasta el momento actual. La historia que le vas a contar cada vez es más larga y ésta es más larga ya que con los años las experiencias aumentan, has visto más películas, has leído más libros, has trabajado en diferentes sitios, has conocido a menganitos y menganitas que te resultan interesantes y hablas de ellos, has escuchado infinidad de música, has viajado por diferentes lugares, en definitiva conoces más cosas y todo tienes que transmitirlo para que el interlocutor pueda conocer lo mejor de ti. Yo me cansé de decir:
.- Hombre, una película buena buena y de risa es la Vida de Bryan
.- Jajajaja claro, y subtitulada que si no pierde mucho.
Y podemos estar dándonos información toda la velada. Lo terrible es cuando en estas reuniones van parejas. Las parejas saben exactamente siempre lo que va a decir su colega. Sobre todo si llevan siglos juntos y siempre uno de ellos dice al resto del público que se despista en la reunión:
.- Si sé lo que va a decir, hasta lo podría contar yo.
Eso es un poco desagradable, pero hay parejas que lo dicen. ¿Qué todos lo pensamos?. Pues si, pero decirlo me resulta violento.
A mi, conocer gente me gusta. Pero hasta llegar a la amistad verdadera o a la confianza absoluta hay que trabajar mucho, hay que hablar mucho, intentar convencer al otro de que somos buenas personas y que de paso somos interesantes es muy agotador. Por eso los amigos se hacen de jovencitos para vivir las mismas experiencias a la vez y no tener que contarlas. Vivirlas juntos. Claro que hacemos amigos de mayores, pero es muy difícil. Si se pudiera evitar el rollo de contar toda tu vida, yo lo evitaría. Deberíamos querernos así, sin más. Debería existir esa fórmula. Deberíamos aceptarnos sin pasado, sin cultura, sin arte, sin sabiduría, sin nada y sobre todo sin intentar impresionar que cansa mucho. Solo aceptarnos y querernos. Pero es difícil.
.- Hombre, una película buena buena y de risa es la Vida de Bryan
.- Jajajaja claro, y subtitulada que si no pierde mucho.
Y podemos estar dándonos información toda la velada. Lo terrible es cuando en estas reuniones van parejas. Las parejas saben exactamente siempre lo que va a decir su colega. Sobre todo si llevan siglos juntos y siempre uno de ellos dice al resto del público que se despista en la reunión:
.- Si sé lo que va a decir, hasta lo podría contar yo.
Eso es un poco desagradable, pero hay parejas que lo dicen. ¿Qué todos lo pensamos?. Pues si, pero decirlo me resulta violento.
A mi, conocer gente me gusta. Pero hasta llegar a la amistad verdadera o a la confianza absoluta hay que trabajar mucho, hay que hablar mucho, intentar convencer al otro de que somos buenas personas y que de paso somos interesantes es muy agotador. Por eso los amigos se hacen de jovencitos para vivir las mismas experiencias a la vez y no tener que contarlas. Vivirlas juntos. Claro que hacemos amigos de mayores, pero es muy difícil. Si se pudiera evitar el rollo de contar toda tu vida, yo lo evitaría. Deberíamos querernos así, sin más. Debería existir esa fórmula. Deberíamos aceptarnos sin pasado, sin cultura, sin arte, sin sabiduría, sin nada y sobre todo sin intentar impresionar que cansa mucho. Solo aceptarnos y querernos. Pero es difícil.