Hay miradas que te lo dicen todo. Hace unos días me echaron una mirada tan cómplice, tan sincera, que desde hacía tiempo no me pasaba. En realidad no fué solamente la mirada, sino toda la expresión de su cara me llegó al alma. Sentí que me recorría una especie de miedo o de que estaba desvelando un secreto entre nosotros que no se debía desvelar. Me dio pena en ese momento haber hecho sentir a esa persona triste. Noté tristeza en su cara. Noté un:" no sigamos con este tema que me duele".Tampoco vayan a pensar que era un tema muy peliagudo, era un tema normal de conversación, pero eramos muchos y a esa persona no le gustaba ese tema. Así que dejamos de hablar de ese tema y todo siguió tan normal.
Luego hablamos entre nosotros si realmente lo que yo había percibido era cierto. Me dijo que era muy cierto.
También hay miradas hermosas que te hacen sonreír, que te transmiten amor y gustan.
Es bonito el tema de las miradas. En el bus, en una consulta, en la calle. Es que somos unos mirones y nos gusta mirar. Si no sería aburrido el trayecto, por ejemplo el del bus, una vez que chequeas al personal y no te atrae nadie miras el paisaje, te pones los cascos y hasta te relajas. Por el contrario si hay alguien que nos atrae, hacemos lo posible para captar su mirada. No mientan, ustedes también. Todos queremos captar la mirada del que nos atrae, da igual el sexo. La cuestión es llamar un poquito la atención, tener un viaje gratificante, que alguien sea amable con su mirada, nos hace ver la vida más alegre, ese ratito que duro el trayecto captamos miradas amables y el mundo nos parece mejor. Un detalle, que no se me olvide: Mira como te gustaría que te miraran