viernes, 4 de marzo de 2011

El envoltorio de plástico



Nos compramos un hermoso sofá, caro para nuestro presupuesto y lo cuidamos, lo cuidamos tanto que no le quitamos el plástico que viene de fábrica. Pasamos un montón de tiempo con el plástico puesto. ¿Cuándo decidimos sacarlo? En Verano, cuando nos quedamos pegados. Pero tenemos la brillante idea de poner una sábana. Osea, que nos compramos un sofá caro, de un color divino y lo tapamos con una sábana. Son cosas normales que hacemos .Hay salones que parecen salidos de una película de miedo.
La carcasa del móvil, ¿por qué no le quitamos el plástico nada más recibirlo? o ¿el plástico de la tapa del notebook? Ahí puede estar siglos. Aunque ésta última es más fácil de quitar ya que lleva una pestaña en uno de sus ángulos. Tenemos miedo a rayar la pantalla de la televisión de plasma. No queremos disfrutar plenamente con nuestras cosas nuevas.
Cuando te compraban zapatos de pequeña, había que ponerlos los Domingos, - ¡Mierda! Pero es que me van a quedar pequeños, pensabas. Y ¿Qué pasaba? Que siempre me apretaron. De una semana a otra, los pies crecían. Los vestidos de las chicas y los pantalones de los chicos rápido se hacían cortos. No era extraño escuchar al bromista de la pandilla: “¿es qué te ha pillado el estirón en la calle?”
Es que no sabemos vivir y disfrutar de las cosas en el preciso momento. Desde luego sabemos que tarde o temprano es sofá acabará hecho un asco. Manchas de chocolate, leche, caramelos... un repertorio de manchas terribles. Pero queremos que aguante lo máximo posible nuevo.
Por cierto ¿Habéis quitado ya el plástico que cubre la pantalla táctil del móvil de última generación?.

5 comentarios:

  1. muy acertada observación. yo no podría estar con un plástico en los sillones ni en alfombras: en España estuve en casas en que la alfombra estaba cubierta con el famoso plástico.
    Le saco al tiro la cubierta al notebook y a los celulares, naaaaaaa, soy neurótica al revés, no soporto los plastiquitos, prefiero estar con el trapito a punto...

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  2. Muy cierto, prima, tanta gente que vive estúpidamente esclavizada y limitada para que las cosas se mantengan "como nuevas" toda la vida... ¡Si igual no van a durar toda la vida! A mí me gusta vivir en mi casa con toda comodidad, no digo que descuidadamente pero sí sin rollos esclavizantes: nada lleva plástico, nada lleva protección; si se mancha, bueno, pues se limpia, y si la mancha no sale, pues se aguanta una y la conserva como muestra de que en esta casa se vive y no se está de visita, oj... ;)
    Me encantó lo de "¿Cuándo decidimos sacarlo? En Verano, cuando nos quedamos pegados". Jajajaja, genial! :-)
    Bechos! xxx

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  3. a mi me paso con mi notebook que mejor ni cuento..jajajajajaja

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  4. Hay que ocupar la tierra en que vivimos y llenarla de cosas como si ellas estuviesen recién nacidas.
    Dan ganas de vertirse en esa alegría... y que no pase.
    Al final, hacemos de la vida una belleza de piedra.
    Un abrazo, Claudia.

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  5. yo siempre he tenido muebles de segunda mano, o sea, sin plástico. Ni siquiera sabía que venían así. Lo mismo las alfombras, me regalaron una y no estuvo mucho tiempo, las encuentro antihigienicas salió volando derechito a la basura, sin afan de ofender a nadie. Ahora tengo alfombras de bambú, fa´ciles de limpiar y cubren bien el suelo ese de linóleo que con el tiempo se ha ido levantando y llenando de porqueria que sin algun producto corrosivo no saldría...trato en lo posible que mi casa sea cómoda y sobretodo higiénica, que se sepa que ahi vive gente como yo, que no tiene la casa para adornos...Y como decia, todo lo que tengo es de segunda mano, o casi todo, ropa incluida, para que voy a gastar en cosas supercaras para mi bolsillo, si hay viejas pijas o cuicas que dan sus cosas de marca para que las compre uno por un euro y no lleno de mas porquerias el planeta. hay que reciclar y con conciencia..

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