viernes, 26 de febrero de 2016

Siempre la paja en el ojo ajeno

Llevo dándole vueltas a las cosas ésta mañana. A unas cuantas cosas. Por qué mierda siempre vemos la paja en el ojo ajeno, alma cándida o de cántaro como dice mi hija pequeña, dónde vas?. Ayer mismo estabas haciendo lo que yo jamás haría y resulta que solo las he hecho yo? No cacho nada. Este mundo está muy loco. Os pongo un ejemplo. Yo nunca digo palabrotas (repito, es un ejemplo) y resulta que me alejo de las personas mal habladas, me retiro, me aparto, me voy, desaparezco. Y de repente te caes y te cagas en la virgen en dios y en tu puta madre, hasta ahí bien no?, ok, pues resulta que por ahí te oyó uno, uno que no tiene otra cosa que hacer que buscarle la quinta pata al gato y reprocharte que debe alejarse de ti porque eres mal hablado. Mecaguendios!!! que es esto, si fui yo el que me fui para no oír palabrotas! Me entendéis ahora. Pues así va el mundo, nadie quiere comprenderse, nadie quiere dialogar, ni nadie cede un ápice.  Y ese ápice es muy poquito, lo mismo de poquito que funciona nuestro cerebro egoísta que no nos deja ver más que la paja en el ojo ajeno. Buenos días a todos.

2 comentarios:

  1. no se preocupe, ya empezamos a topar fondo...vaya, por Dios.

    ResponderEliminar
  2. pero el momento llega de no ver ni las pajas en el ajeno ni la viga en el propio, es cuestión de paciencia. Aunque tampoco quede mucho de ello ni tan siquieramente(como decía una amiga mía) comprensión lo claro es que lo que importa es la tranquilidad personal para no perturbar la salud.

    ResponderEliminar