viernes, 29 de julio de 2011

Conocer gente nueva

Siempre nos pasa que cuando conocemos a alguien que nos interesa, nos gusta o nos cae bien tendemos a darle la máxima información positiva de nosotros. Quiero decir, que le contamos a nuestros futuros amigos (o no) todo lo bueno y toda la información que hemos recibido desde que nacemos hasta el momento actual. La historia que le vas a contar cada vez es más larga y ésta es más  larga ya que con los años las experiencias aumentan, has visto más películas, has leído más libros, has trabajado en diferentes sitios, has conocido a menganitos y menganitas que te resultan interesantes y hablas de ellos, has escuchado infinidad de música, has viajado por diferentes lugares, en definitiva conoces más cosas y todo tienes que transmitirlo para que el interlocutor pueda conocer lo mejor de ti. Yo me cansé de decir:

.- Hombre, una película buena buena y de risa es la Vida de Bryan

.- Jajajaja claro, y subtitulada que si no pierde mucho.

 Y podemos estar dándonos información toda la velada. Lo terrible es cuando en estas reuniones van parejas. Las parejas saben exactamente siempre lo que va a decir su colega. Sobre todo si llevan siglos juntos y siempre uno de ellos dice al resto del público  que se despista en la reunión:

.- Si sé lo que va a decir, hasta lo podría contar yo.

Eso es un poco desagradable, pero hay parejas que lo dicen. ¿Qué todos lo pensamos?. Pues si, pero decirlo me resulta violento.

A mi, conocer gente me gusta. Pero hasta llegar a la amistad verdadera o a la confianza absoluta hay que trabajar mucho, hay que hablar mucho,  intentar convencer al otro de que somos buenas personas y que de paso somos interesantes es muy agotador. Por eso los amigos se hacen de jovencitos para vivir las mismas experiencias a la vez y no tener que contarlas. Vivirlas juntos. Claro que hacemos amigos de mayores, pero es muy difícil. Si se pudiera evitar el rollo de contar toda tu vida, yo lo evitaría. Deberíamos querernos así, sin más. Debería existir esa fórmula. Deberíamos aceptarnos sin pasado, sin cultura, sin arte, sin sabiduría, sin nada y sobre todo sin intentar impresionar que cansa mucho. Solo aceptarnos y querernos. Pero es difícil.









jueves, 7 de julio de 2011

Sólo le pido a Dios

Para que voy a negarlo. Hay veces que ruego a Dios que me salve de la situación en la que me encuentro y como no es una situación tan tremenda, siempre me ayuda. Lo mio es terrible, ya que le pido ayuda a medio mundo. A mi abuelo que en paz descanse, a la virgen, al niño jesús, al muro de las lamentaciones etc...Creo que a Dios no le gusta mucho que le pida a los demás ya que cuando ruego a otros ya no es tan bondadoso. No me concede nada, a veces creo que quiere castigarme. Cuantas veces le pedí al Kotel (al muro) dándole mis papelitos doblados pegados con celo (por si acaso me lo iba a leer) al viajero, es que si te los leen , no vale. Cada persona que viajaba a Israel, le daba mi papel escrito con mil cosas, generalizándolo todo: Por ejemplo, para los Muñoz todo, para los García salud amor y dinero, para los Pérez lo mismo, para mi familia entera sin faltar ninguno, lo mismo y más.  Mil cosas me concedió el Muro de las Lamentaciones, pero el muro está lejos y no viaja mucha gente que conozca, entonces recurro a Dios...pero él es como un niño mimado y caprichoso entonces no se cree que le creo. Él quiere que le crea a pies juntillas en eso del pedir, o me pides a mi o al kotel o a quién te de la gana pero deja de pedirle a todos, no soy del montón  ...eso es lo que piensa Dios. Creo que me quedo con él , no vaya a ser que se enfade y no oiga mis plegarias... 
Hubo una época que le pedía a la Santina, una virgen superbuena que todo me lo concedía, pedí por mi hermano que vive en Australia, pedía por Chile, por Israel, por Santander, por Oviedo, por el Cantábrico y Mediterráneo, por los marineros etc... La tía andaba tan ocupada que no me podía conceder nada. Entonces la dejé tranquila. Pero sé que paso de mi porque andaba loca ayudando a medio mundo, acabé estresándola. Pobre Cova tenía un curro tremendo. Creo que debo quedarme con uno solo. Es que se ponen envidiosos. Hay que saber a quién se pide y ser devoto de uno.
 Pensé en pedirle a mi abuelo...tardaba mucho en concederme el deseo, ya que no está habituado. Dios tiene callo. El Domingo que descansó, dijo: "Voy a dedicar este día a las plegarias, por qué creéis que existe la misa, para pedir y pedir....tío curra un poco...También tengo un tío, a ese anduve pidiéndole cuando era pequeño, pero jamás me hizo caso, es que este era un poco anarquista y se lavó las manos en dichos menesteres. La verdad es que mi tío se murió para descansar de verdad y no andar oyendo plegarias ni menos concederlas. Era genial, él a lo suyo como siempre. Con esta pequeña reflexión os dejo, pensando a quién le vais a rezar cuando lo necesitéis, sed explícitos y contundentes, no vaya a ser que no os entienda muy bien y os joda el doble.