Ilusiones.

Mucho se habla de ilusiones. De niños y de jóvenes todo nos hacía el doble de ilusión, con nada eramos felices. A medida que nos hacemos mayores, la cosa cambia. Estás desilusionado. Eso dicen. Será para ellos. O yo vivo en una película y mi vida no tiene sentido o soy un absoluto loco que anda suelto. Seré minoría. Mucha gente dice que tiene ilusiones.  ¿Será verdad?  ¿ O lo dicen para no sentirse frustrados? ¿Nos estarán engañando? ¿Serán sinceros? O simplemente lo dirán para hacernos creer que son felices. No se es feliz por tener ilusiones. Solamente se vive mejor la vida. Se saborea el instante del beso de tu hijo y no te puedes perder su mirada  cuando llorando  te dice: que lo siente, que no lo volverá a hacer. Parte de teatro y chantaje emocional hay, pero no tiene desperdicio. Ilusión por levantarte por las mañana y oler ese café tan bueno que preparas, ese viaje al trabajo que tanto te jode. Todo esto forma parte de la vida que hay que asumir. Los compañeros del curro. Algunos buenos otros menos. Pero cuando vuelves a casa, a tu casa...no tiene precio. La ilusión por vivir con tus seres queridos, cerca, sanos y salvos. No se puede explicar. 

Es verdad que hay otro tipo de ilusiones. Caribe, cruceros, copas, discotecas, viajes, NYC, conocer a menganito etc... Pero yo no hablo de esas ilusiones. Que están muy bien. Hablo de la ilusión por el amor. El amor a tu prójimo. Al más cercano. El rodearte de personas que merecen tu confianza, tu la de ellos y no vivir en una constante interrogación y soledad. No apreciar ni valorar, no porque no quieres, sino porque no lo ves, no existen para ti, debe de ser bastante angustioso. Afortunadamente Dios me dio esta tontería, saber valorar todo lo que me rodea, que no todo es bueno, pero lo bueno lo valoro y lo aprecio. Esperando a que nada se me escape, si se me escapa, algo menos que disfruto y eso me haría enormemente triste. Que se me escape algo que me están dando de manera gratuita y amable porque no lo veo, me haría realmente desgraciado.