sábado, 30 de abril de 2011

Los vegetarianos, Macrobióticos y Sanos.

Bueno ahora le tocó en turno al vegetariano, pero no el discreto que es vegetariano porque quiere cuidar  su organismo y posiblemente ame a los animales y sienta respeto a los alimentos de orígen animal. Hablo del pesado. El que vive pendiente de que es lo que comen los demás para cortarles el rollo. Eso que comes fué un ser vivo. La lechuga, las zanahorias, para él no lo son. Da igual, polémicas aparte. Yo no entro en discusiones de ese tipo. Si un vegetariano me dice que lo que como es un ser vivo, me sonrío y sigo comiendo, es que si no me da la risa. La alimentación sin carne es posible. Hay sustitutos. Hay vegetarianos que no comen pescado ni huevos porque proceden del animal. Me parece fantástico todo lo que coma el vegetariano o deje de comer, pero sin hinchar las pelotas. Cada uno come o bebe lo que le da la gana, ¿Aconsejar? eso sí, pero darte la brasa no. A veces pienso que esos vegetarianos comen a escondidas carne o una lata de paté super rápido para que no los pillen, no les creo mucho. Hay vegetarianos auténticos, de esos conozco y nunca me han dicho nada por comerme un filete. Pero el que se hace propaganda con su Vegetarianismo, el odioso vamos, a ese no le creo en absoluto. Ese se levanta por las noches y se zampa una lata de fabada como está mandado. A mi me va a engañar. Mis amigos vegetarianos no están como palos de delgados, llevan una buena dieta y no se meten con nadie. Creo que se hacen vegetarianos para adelgazar. Una vez conocí a un tipo que alardeaba de comer sano, casi macrobiótico. Un día abrió su armario de la ropa delante de nosotros, eramos unos cuantos y se le resbalaron los chocolates, tenía desde latas hasta garbanzos en tarros de cristal. Pobre nos dió pena porque era, como os digo, casi macrobiótico.
Tampoco entiendo al macrobiótico, el que no es del  Extremo Oriente. ¿Qué puede adoptar ese tipo de alimentación? por mi cojonudo. Pero hay que ser casi el Dalai Lama. Consiste en no se qué fuerzas antagónicas pero inseparables, el Ying y el Yang. Yo ahí ya me perdí. No entiendo la cultura Oriental. Demasiado espiritual para este mundo Occidental. Como te pongas a pensar en que tienes que llegar al Zen, perdiste tres buses. Yo por lo menos. Debe ser interesante comerte unas pipas o unas semillas de sésamo mientras llegas al Nirvana o a un estado Zen, además tienes que lavar platos, bañar a los niños, hacer cena, ayudar en todo y encima llegar a trabajar a las 9. Un auténtico milagro. Bueno para eso estará el Ying y  el Yang.
Los que comen carne, toman verduras, comen pescados, huevos, hortalizas, toman cerveza y vino. Estos me gustan. somos la mayoría. No hablo del tercer mundo y ya a  estas alturas el primer mundo también, no tienen que llevarse a la boca. Si les ofreces un huevo lo dividen supongo que en 4. La cosa está muy mal como para rechazar alimentos. Morir por la misma razón. Por los alimentos. Por mucho o por poco.

3 comentarios:

  1. Yo como de todo, somos omnívoros y mejor que consumamos lo que el cuerpo necesita y si necesita proteína animal, bueno, la consumo. El asunto es comer asi, lo que necesita tu cuerpo, que si miramos bien, no necesita ni la mitad de lo que nos metemos entre pera y bigotes. Todo en exceso:el dulce, la grasa, el alcohol, el pucho, etc. A mis años, necesito menos carne, nada de alcohol, aunque un poquito no viene mal si no tienes el hígado hecho huilillas, poca azúcar, poca sal, y todo lo demás, medido, incluso la fruta. Pienso que todo exagerado es malo, hasta lo bueno.
    Como siempre, Claudita mia, es un placer leerla, creo que cada vez me gusta más, cuando vaya para allá me da su autógrafo. I love you.

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  2. En los momentos cruciales de la vida, la ayuda de un bistec es más eficaz que la de los evangelios.
    Sigues llena de carisma, Claudia. Te felicito.

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  3. Cierto, prima, los que hacen proselitismo del vegetarianismo son un verdadero cognazo. Yo tengo amistades vegetarianas y nunca me han molestado con mis hábitos alimenticios, pero pucha que joden los que salen con sus rollos, esos no están invitados a mi mesa, obvio... ;)
    Además, más temprano que tarde, nos llega la viellera y no queda otra que empezar a cuidarse porque el organismo, simplemente, se rebela. Es lo que me pasa a mí, que no me quedó otra que eliminar las carnes rojas, el azúcar y las fritangas de mi dieta, pero por salud, no para estar más delgada (un poco más y me hubiera desaparecido, oj), y la verdad es que desde entonces me siento mucho mejor, nunca más problemas estomacales, nunca más acidez... O sea, cuidarse, vale; ostentar de macrobiótico, no, gracias... ;)
    Besos! xxx

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