Yo le tengo un amor a la playa, a la arena, al sol, al salitre, al mar, a las toallas, al bronceador, al pareo, al Verano etc...muy especial. Nací en el Pacífico, un mar furioso, con olas inmensas. Recuerdo de mico que cogíamos las olas todos los bañistas a la vez y veíamos la playa desde el cielo, eran olas altas muy altas. Y cuando no cogías la ola veías a todos los bañistas en el cielo con sus patucas ahí colgando, las olas eran auténticos tzunamis y nadie temía. Cuando te quedabas a media ola, no te quiero ni contar, salías disparado rodando como peonza, acababas chocando con las piernas de cualquiera y cuando lograbas levantarte no sabías en donde estabas, tu pelo estaba mirando para todos los lados, absolutamente lleno de arena, era lo más normal del mundo que la ola te arrastrase. Ahora no cojo una ola ni loco, no me atrevo ni en el mediterráneo.
Nací en una ciudad con mar y eso te marca para siempre, necesitas impregnarte de mar cada poco, por lo menos visitarlo.Yo me he pasado Veranos enteros en la playa. He viajado en barco por el mediterráneo y me ha fascinado. Siempre en cubierta, no se piensen que en cruceros. Me he bañado en el Cantábrico-Atlántico-Pacífico y Mediterráneo y siempre me quedaré con el Pacífico que es dónde mejor me lo pasé. Mi playa se llamaba Las Salinas. Allí es donde pasé parte de mi infancia. Ibamos a la playa mis padres y mi hermano, metidos en un coche auténtico, os lo explico: Un huevo blanco, descapotable de dos plazas lleno de calcomanías de flores, se abría hacia delante Mis padres se sentaban en sus respectivas plazas, a mi hermano y a mi no nos quedaba otra que sentarnos en el poco sitio que quedaba detrás de ellos, a lo indio y con la cabeza fuera. Lo pasabamos pipa con la cabeza fuera, nos reíamos de puro nervio. Veíamos a los autobuses del porte de un obus. Nosotros en aquella moto con vestido blanco, así nos ibamos a la playa. Para que os voy a contar cuando ibamos en Vespa, yo delante de pie, mi padre al volante y mi hermano entre mi padre y mi madre. Imaginaros yo como iba, la primera.
Ya una vez en la playa, tenía que entablar conversación como sea con alguien para jugar a coger olas. Mis padres eran muy aburridos, no se bañaban jamás y mi hermano demasiado pequeño para mi, siempre sentado al lado de mi madre.. Alguna vez que mi madre se bañó yo era feliz porque era muy suave conmigo y jugabamos. Me cogía de las manos yo me estiraba y movía las piernas.
Siempre los mayores quieren tomar el sol y ponerse morenos, todos se ponen sus bronceadores, gafas y cara al sol. En tumbona lógicamente, los niños en la toalla.
Yo ya sabía jugar a las palas, las mejores palas con pelota incluída que tuve ...las siguientes que tuve eran pesadas, la pelota era de tenis y yo acababa con la muñeca rota.
Ahora soy yo el que ronca, duerme y toma el sol en la playa, ya jugué a las palas, hice castillos y cogí olas, hay que dar paso a la nueva generación. Que aprendan a jugar solos los pajarracos. No nos necesitan para divertirse. Bueno, a lo mejor me pongo y me hago una piscina de arena cerca del mar para que se vaya llenando poco a poco de agua y poder chapotear con los pajarracos, porque aparte del tuy@ siempre se acercan más.
Pucha, prima, qué lindos recuerdos de infancia relatas aquí, se me pusieron los ojos llorosos recordando esos tiempos... Lo curioso es que habiéndome bañado en los mismos mares y océanos que tú (y hasta en el Mar del Norte), no hay caso, me quedo con el Mediterráneo; al Pacífico le agarré susto desde niña (las bofetadas y revolcones de las olas no son de mis mejores recuerdos, jaja!), una vez casi me ahogué, en fin, el Pacífico no es para cualquiera y yo le tengo muuuucho respeto, jeje... ;)
ResponderEliminarQué lindo texto, me transportaste al pasado, a aquellos años gloriosos de nuestra primera infancia en Chile... :-)
Besotes! xxx
qué lindo recuerdo, y qué bonito relato, Claudia, precioso.
ResponderEliminarYo tengo una especie de amor y odio al mar, me carga ir a la playa, me parece un agobio tremendo preparar todo, viajar, moverse, trasladarse a la playa..pero una vez que ya estás en la playa, me encanta, eso si no hace mucho calor, como en el sur, que el calor te cansa, te mata, te agobia, prefiero el cantábrico, su mal clima, su viento y su frío, pero por lo menos la arena no me quema los pies...Saludos!
hola.
ResponderEliminarSi recuerdo esos dias de playa, nos reiamos un monton en esa especie moto huevo que teniamos, ah, era un BMW de aquella epoca, precioso coche...
Recuerdo que en caleta barca estaba con mi prima nicole, y lo tipico, la hola nos arrastro no se donde, pero al levantar no veo a Nico, joerrr, derrepente veo un punto a 10 metros mios, no se como pero corri hacia ella y la cogi de la mano,salimso con los pelos pegado con arena!!!!
Lindos recuerdos, locos recuerdos, la mar mmmmm me encanta, le tengo mucho respeto.
Hermoso, prima, casi lloro.... Gracias por traernos el mar...
ResponderEliminarque hermoso recuerdo cangrejin, a mi me gusta la playa de chica, porque ibamos con mi papa a una playa donde la gente comia tallarines y se hacian carpas con sabanas..Nos compraban unos pancitos riquisimos,porque en el mar siempre da hambre o barquillos deliciosos
ResponderEliminarhermoso recuerdo,linda presentacion.
lindo recuerdo, Claudita, y linda expresión en su nota. Yo tengo el mismo recuerdo que tú del mar y sus olas, eran mi delicia, cortar olas sin temerle, hasta el punto que una vez mi mamy me dejó castigada un rato sin bañarme y con el brazo con un pellizcón porque me había tirado a una ola tan grande que me demoré la tira en salir revolcada hasta la orilla. nunca me voy a olvidar de esa ola, dentro de ella, su fuerza me llevó de vuelta y yo, como ignorante sirenita, me dejé arrastrar, recuerdo que me gustó tanto que no me importó que me estaba faltando el aire, salí justo a tiempo... y lo primero que veo fue a mi mamy histérica en la orilla. Fue en Zapallar...
ResponderEliminarEra rico tirarse a ellas antes de reventar y salir entre su espuma. Como tú, ya no lo hago ni a palos. Pero por eso, ya no voy a la playa, salvo en invierno a caminar por la arena, especialmente cuando el sol va a esconderse. besitos