martes, 5 de abril de 2011

Una extraña charla

Hoy estuve con una persona charlando, mucho tiempo, dos cafés, ella fumo tres cigarros, hablamos de varios temas. Uno de ellos: los trabajos, de las horas que te quitan, de las cosas que tienes que hacer de más,  de lo que tienes que aguantar y callar, sobretodo cuando eres joven e inseguro.
Me contó sobre un trabajo que había hecho. Una sustitución de 20 días a una chica. Era en una colchonería, ella haría de dependienta porque tiene experiencia.  La historia es que aparte de ir a la tienda, tenía que ir a limpiarle la casa a la encargada dos veces por semana  y después tenía que ir a darle de comer a unos perros que pareceían lobos, hambrientos, sucios y agresivos , que se encontraban en una nave encerrados. O sea ella, después de limpiarle la casa a la encargada, se cogía un bus a un polígono a las afueras de la ciudad, en Diciembre, oscuro, frío y peligroso. Iba con las dos bolsas de comida para esos perros, una en cada mano. Me dijo: "había dos  perros grandes y uno era pequeño" Uno un Dobber man y el otro no supo explicarlo, yo solo imaginaba un Staffordshire Bull Terrier o un Rottweiller, el pequeño lo imaginé de la calle. "Apenas metía la llave para abrir  la puerta, aquella nave parecía vibrar de los ruidosos ladridos de los canes" me contaba.
Era una nave en donde nadie podía robar porque estaba completamente vacía...no entendía por qué estaban allí esos perros. El miedo cada semana se apoderaba de su piel y no podía dejar de pensar en ello cada vez que le tocaba ir. Cantaba mientras se dirigía a aquella gélida nave, rezaba y se preguntaba qué habré hecho yo Dios mio!, sientiendo escalofríos diciendo: " que no me huelan , que no me huelan "
El negocio estaba sin licencias de ningún tipo, nadie estaba asegurado y ella no se metía en nada pero escuchaba, porque sorda no era, cosas raras, conversaciones extrañas. Nunca supo de que iba el asunto. 
Cuando llego la otra dependienta, la que ella sustituía, le cometó todo l o que ocurría en ese negocio tan extraño. La dependienta dijo que nada raro había visto ni oído y lo de los perros le parecía normal. Aquello sólo fueron 20 días, que le parecieron una eternidad. ¿Cuántas personas estarán pasando por lo mismo, parecido o peor y no sólo 20 días?.

5 comentarios:

  1. la explotacion tiene miles de cara..y me digo..tanta gente que no ve nada ni quiere ver nada..lo digo por la dependienta que seguia trabjando alli..
    En esas situaciones nos damos cuenta lo solos que estamos en el mundo..

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  2. Exacto, eso sólo tiene un nombre: explotación. Y está tan extendida que ya casi nadie se asombra y lo que es peor, nadie quiere rollos malos ni perder el curro, así que no se denuncia, y así se perpetúa el ciclo... Una pena, pero que es responsabilidad de todos...
    Besos, prima! xxx

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  3. ¿o sea que por 20 dias que iba a estar ahi y por el mismo precio hacia todo eso? Francamente demencial. La gente se deja explotar, los patrones de la empresa privada son negreros porque les dan pie para ello. Nadie está sola en el mundo, tenemos unos estatutos y unos convenio de trabajadores, y con el en la mano se va a magistratura... creo que la dignidad no tiene precio, mejor enfrentarse al riesgo de quedarse sin trabajo pero denunciare esos atropellos. Lo digo porque la gente lo hace, magistratura no da abasto. Hay que recordar que sin trabajadores, no hay empresarios.

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  4. Si miro a mi alrededor hay alguien que tiene un trabajo en condiciones lamentables...
    Esta es la realidad que vivimos.

    Saludos.
    JC.
    http://digaloquesea.blogspot.com

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